El calcio es un mineral que ayuda a fortalecer el esmalte de los dientes y la mandíbula. Hace que los dientes sean más resistentes a la erosión ácida y a las caries. El cuerpo almacena calcio adicional en los dientes y huesos, lo que significa que puede compensar el calcio que se pierde debido al desgaste normal y a los ácidos que causan caries.

Sin embargo, cuando un niño no obtiene suficiente calcio en su dieta, al cuerpo le resulta más difícil reemplazar los minerales perdidos. Así, los dientes se vuelven susceptibles a sufrir caries y roturas.

Para maximizar los beneficios de su salud bucal, elija alimentos y bebidas ricos en calcio que no tengan mucha azúcar agregada. Recomendamos leche, yogur, queso, semillas, sardinas, frijoles, tofu, lentejas, almendras, verduras de hojas verdes y alimentos y bebidas fortificados, como leche vegetal, cereales y jugo de naranja.

El fósforo une fuerzas con el calcio para crear el principal componente estructural del esmalte dental y los huesos. También trabaja con calcio y vitamina D para reconstruir y mantener el esmalte y el hueso que sostiene los dientes. Al igual que el calcio, una deficiencia de fósforo hace que los niños sean más propensos a sufrir caries y rotura de dientes.

Las mejores fuentes de fósforo incluyen carne, aves, leche, yogur, queso, frijoles, legumbres, anacardos, arroz integral, patatas, pan integral, semillas de calabaza y mariscos como sardinas, atún, salmón y vieiras.

Una de las mejores vitaminas para los dientes y las encías es la vitamina A. Ayuda con la producción de saliva, crucial para eliminar los restos de comida y la placa, neutralizar los ácidos en la boca y remineralizar los dientes, haciéndolos fuertes y resistentes a las caries. La vitamina A también aumenta la inmunidad y combate la inflamación gracias a sus propiedades antioxidantes. Esto mantiene las encías y los tejidos bucales sanos, lo que reduce el riesgo de gingivitis y llagas en la boca, y garantiza que la boca sane rápidamente.

La deficiencia de vitamina A está relacionada con enfermedades de las encías, defectos del esmalte y sequedad de boca.

Los niños pueden obtener vitamina A a través de alimentos como zanahorias, pimientos rojos y anaranjados, batatas, mango, melón, albaricoques, verduras de hojas verdes, pescado, hígado y yemas de huevo.

La vitamina C contribuye al mantenimiento de la mandíbula y los dientes. Pero su mayor contribución en la boca es promover la salud de las encías y los tejidos blandos bucales. La vitamina C ayuda a la curación y mantiene fuertes los tejidos conectivos que mantienen los dientes en su lugar. La falta de vitamina C puede provocar sangrado de encías y gingivitis.

Buenas fuentes de vitamina C incluyen frutas cítricas, bayas, brócoli, batatas, pimientos verdes, naranjas y rojos, verduras de hojas verdes, coliflor, tomates, coles de Bruselas, papaya, sandía, kiwi y mango.

Sin embargo, hay una advertencia: las fuentes ácidas de vitamina C, como las frutas cítricas, si bien son excelentes para la salud periodontal, pueden acelerar la erosión del esmalte. Para evitar esto, mezcle los alimentos y bebidas de los que su hijo obtiene vitamina C. Y pídales que se cepillen los dientes antes de comer algo ácido o que esperen una hora después de comer o beber para cepillarse. El cepillado inmediatamente después puede dañar el esmalte temporalmente debilitado.

Otra de las vitaminas para unos dientes y huesos fuertes es la vitamina D. Mejora la densidad ósea y ayuda al organismo a absorber el calcio y el fósforo para endurecer el esmalte y remineralizar los dientes. También tiene propiedades antiinflamatorias para reducir el riesgo de gingivitis en los niños.

Una deficiencia grave de vitamina D en la primera infancia puede provocar defectos en el esmalte que aumentan el riesgo de caries. Las personas con deficiencia de vitaminas tenían una mayor prevalencia de inflamación de las encías y periodontitis..

Los niños pueden obtener vitamina D a través de la exposición a la luz solar, así como a través de su dieta con pescado graso, hongos y alimentos fortificados con vitamina D, incluidos cereales, leche y jugo de naranja.